Después de un rally histórico que llevó el oro por encima de $4,300 por onza, el metal precioso ha entrado ahora en su primera corrección importante en más de dos años, rompiendo una racha de 750 días sin una caída mayor al 10%.
La caída, ahora en el 11%, ha reavivado el debate en los círculos financieros sobre si el capital se está rotando de oro a Bitcoin.
El analista desafió esa narrativa viral con un modelo de correlación personalizado que compara el oro y Bitcoin a lo largo del tiempo utilizando sus respectivas medias móviles de 180 días. El gráfico genera dos señales clave:
Una señal positiva cuando Bitcoin opera por encima de su media móvil de 180 días mientras que el oro cae por debajo de la suya.
Una señal negativa cuando ambos activos cotizan por debajo de sus medias móviles de 180 días.
Según el analista, los datos pintan un cuadro mucho más matizado. Si bien la tesis de “rotación de oro a Bitcoin” ha aparecido en ciertos momentos, como en 2012, finales de 2016 y 2020, no logra mantenerse de manera consistente a lo largo de los ciclos del mercado. En contraste, períodos como 2014–2015, finales de 2018 y 2022 no mostraron tal relación estructural.
Los hallazgos sugieren que el oro y Bitcoin pueden divergir en plazos más cortos, pero siguen siendo en gran medida coberturas macroeconómicas independientes impulsadas por bases de inversores separadas. Si bien el capital especulativo podría trasladarse entre los dos durante picos de volatilidad, el analista sostiene que la noción de una rotación de cartera a gran escala del oro hacia Bitcoin sigue sin estar fundamentada.
En última instancia, el análisis subraya una tendencia más amplia: la fortaleza de Bitcoin no necesita depender de la debilidad del oro. A medida que los activos tradicionales y digitales evolucionan en paralelo, la correlación entre los dos parece ser cíclica, no causal, un recordatorio de que las narrativas a menudo superan los datos en los mercados de rápido movimiento de hoy.
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ser_aped.eth
· 10-29 10:22
Así es el período de corrección.
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NotFinancialAdvice
· 10-28 19:01
Hacer juguetes es Gran caída, todo es sangre de tontos.
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ContractTester
· 10-28 18:57
tontos嗷嗷被tomar a la gente por tonta~
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GamefiHarvester
· 10-28 18:38
El oro es realmente increíble, ¡esto es a lo grande!
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InscriptionGriller
· 10-28 18:35
tontos volvieron a perder, déjame adivinar quién está haciendo Whipsaw
La corrección del 11% del oro provoca la narrativa de "rotación hacia Bitcoin", pero los datos cuentan una historia diferente
Después de un rally histórico que llevó el oro por encima de $4,300 por onza, el metal precioso ha entrado ahora en su primera corrección importante en más de dos años, rompiendo una racha de 750 días sin una caída mayor al 10%.
La caída, ahora en el 11%, ha reavivado el debate en los círculos financieros sobre si el capital se está rotando de oro a Bitcoin.
El analista desafió esa narrativa viral con un modelo de correlación personalizado que compara el oro y Bitcoin a lo largo del tiempo utilizando sus respectivas medias móviles de 180 días. El gráfico genera dos señales clave:
Según el analista, los datos pintan un cuadro mucho más matizado. Si bien la tesis de “rotación de oro a Bitcoin” ha aparecido en ciertos momentos, como en 2012, finales de 2016 y 2020, no logra mantenerse de manera consistente a lo largo de los ciclos del mercado. En contraste, períodos como 2014–2015, finales de 2018 y 2022 no mostraron tal relación estructural.
Los hallazgos sugieren que el oro y Bitcoin pueden divergir en plazos más cortos, pero siguen siendo en gran medida coberturas macroeconómicas independientes impulsadas por bases de inversores separadas. Si bien el capital especulativo podría trasladarse entre los dos durante picos de volatilidad, el analista sostiene que la noción de una rotación de cartera a gran escala del oro hacia Bitcoin sigue sin estar fundamentada.
En última instancia, el análisis subraya una tendencia más amplia: la fortaleza de Bitcoin no necesita depender de la debilidad del oro. A medida que los activos tradicionales y digitales evolucionan en paralelo, la correlación entre los dos parece ser cíclica, no causal, un recordatorio de que las narrativas a menudo superan los datos en los mercados de rápido movimiento de hoy.